El
blanco en primera instancia lo que refleja es pureza, luminosidad, orden,
amplitud y pulcritud. Por esto y más sigue siendo el color predilecto y que no
hace quedar mal cualquiera sea el concepto que se tenga pensado para reformar
un hogar, oficina o cualquier espacio que se tenga la oportunidad de incluirle
un toque diferente.
Esta
ausencia de color hará resaltar más los elementos que se incluyan en cuanto a
decoración se refiere. Por ejemplo si se tiene un espacio pequeño para el salón
principal, el blanco será la mejor elección para dar la ilusión óptica de que
tiene mayor tamaño de superficie, escogiendo un sencillo pero armonioso
mobiliario (no muy grande) y con la inclusión de algunos cuadros, repisas para
organizar y detalles coloridos será más que suficiente para dar un buen estilo
a tu hogar.
Por
otra parte, si cuentas con la gran suerte de poseer un salón amplio que pueda
compartirse entre sala y comedor, la creatividad debe activarse. En primer
lugar no debes olvidarte de que el blanco predomine, en las paredes preferiblemente. Puedes darle un toque
vintage con unos muebles que ya poseas, piezas que puedan estar restauradas y
otros pocos detalles que no ocupen espacio en el centro, esto para que a pesar
de tener bastante mobiliario no se interrumpa la tranquilidad que se transmite
con el blanco.